Nuestro amigo Jordi, experimentado barranquero y autor de la web barrancos.org, tiene también un pasado en el mundo de la espeleología. Aunque ya hace tiempo que dejó de frecuentar cuevas y cavidades subterráneas, nos propuso acompañarnos algún día para una primera toma de contacto en este campo (aunque algunos ya hicimos una incursión nocturna en la Cova d'Anes, el pasado fin de año). La cavidad escogida, Fou de Bor, en el pueblo homónimo, en la preciosa comarca de la Cerdanya.
APROXIMACIÓN
A las 09:00 pasamos por Sant Cugat y cambiamos de coche, para dirigirnos hacia Guardiola de Berguedà con el flamante X-Trail de Jordi. Allí paramos a tomar un café y recogemos a Xevi, así pasamos los 5 juntos por el Túnel del Cadí y nos ahorramos unos eurillos.
Así que ayer, Sergio, Jordi, Xevi, Eva y yo, nos enfrascamos en una matinal de oscuridad y barro. Creo que casi más barro que oscuridad!
FICHA DE LA CUEVA
Altura de la cavidad: 1200 msnm
FICHA DE LA CUEVA
Croquis (antiguo pero útil) |
Longitud de la cavidad: 3200 m. explorados aprox.
Material: Casco, frontal, pilas y ropa para ensuciar.
* Los tiempos empleados en la actividad fueron estos:
Material: Casco, frontal, pilas y ropa para ensuciar.
* Los tiempos empleados en la actividad fueron estos:
Aproximación: 15 minutos.
Recorrido: 2 horas.
Retorno (mismo que la aproximación): 15 minutos.
APROXIMACIÓN
A las 09:00 pasamos por Sant Cugat y cambiamos de coche, para dirigirnos hacia Guardiola de Berguedà con el flamante X-Trail de Jordi. Allí paramos a tomar un café y recogemos a Xevi, así pasamos los 5 juntos por el Túnel del Cadí y nos ahorramos unos eurillos.
Nada más salir del
túnel, encontramos el desvío a Riu de Cerdanya y, siguiendo la carretera, llegamos a Bor, donde podemos
observar una fuente de la que sale una calle, la del Pedró, que nos lleva hasta
la bonita iglesia románica Sant Marcel de Bor (s. XI).
Este es un buen
lugar para dejar el coche y ponernos la ropa de guerrilla, ya que la
aproximación es muy rápida.
Tuta Gran |
Salimos andando
como si quisiéramos seguir por el carrer del Pedró, y a unos 30 metros, junto a
una pequeña caseta vayada, encontramos un sendero que sale a nuestra derecha,
con una piedra grande que tiene una marca de pintura verde. Seguimos este
sendero, hasta llegar a un lugar en que hay que cruzar el río, que justo surge
en este punto. A pocos metros de aquí, a nuestra izquierda encontraremos un
estrecho camino que nos sube rápidamente, grimpando un pelín, hasta la entrada de la Tuta Gran (la entrada normal).
Aquí, el track de
la aproximación a la Fou.
Para empezar, Jordi propone explorar la galería Badalona, ya que es la más corta. Para adentrarnos en ella tomamos (en el interior de la Tuta Gran) el camino que nos queda más a la izquierda. Enseguida se estrecha y nos obliga a ponernos a cuatro patas y, en muchas ocasiones, a arrastrarnos.
Nos maravillamos por la cantidad de estalactitas y estalacmitas que encontramos a nuestro paso. También podemos ver columnas, aunque no tantas como podrían verse si más de un tonto tuviera las manos quietas y algo de vergüenza cuando viene a estos sitios.
La galería Badalona nos conduce de bajada hasta un gran sifón, de unos 3 metros de diámetro. Realmente, daban ganas de bañarse!
Hasta aquí nuestra exploración, pues para seguir avanzando habría que hablar de espeleobuceo...
Después de pasar unos minutos sentados junto al sifón, en completa oscuridad y silencio, experimentando la sensación de estar a merced de las entrañas de la tierra, empezamos el retorno.
La galería Badalona tiene bastante desnivel negativo, con lo que ahora nos toca subir arrastrando la panza por donde antes habíamos bajado, y nos cuesta una buena sudada. Con todo, empleamos una media hora entre ir y volver.
Salimos unos instantes de la Tuta Gran, para ver qué tal pinta el cielo y notamos un cambio de temperatura radical. En la cueva se está mucho mejor, fuera hace un calor tremendo!
Esta vez tomamos el "camino" que nos queda más a la derecha, y nos adentramos lentamente en la galería Cerdanya. Aquí hay que ir algo más atento que en la anterior galería, pues tenemos varios desvíos durante la progresión que podrían hacer que equivocáramos el camino, tanto a la ida como a la vuelta. De todas maneras, no sería un gran problema si vamos armados con pilas de sobras y un mapa de la cavidad.
Aquí también toca hacer la lagartija unas cuantas veces para poder avanzar y, al tratarse de una vía muy horizontal, vamos empapando la ropa de charco a charco.
Después de unas cuantas gateras, de dejarnos codos y rodillas en el intento, y de algún destrepe, llegamos a la sala Cerdanya, que nos descubre un pequeño sifón de agua y barro. Yo diría que más barro que agua!!
Sifón previo a la galería Canela |
La intención es atravesarlo, porque es el paso obligado para acceder a la galería Canela, pero Jordi comenta al verlo que está bastante más lleno que las veces que él lo ha pasado.
Protagonizamos un corto y penoso intento de vaciar algo de agua, montando una precaria cadena humana de cubos pero, a ver... Somos 5!
La temperatura del agua y la duda generalizada, acaban por decantarnos: Vámonos a comer, lo dejamos pendiente para este verano.
RETORNO
Así que, iniciamos la vuelta a la Tuta Gran y desandamos el camino de aproximación, haciendo una parada técnica en el río porque vamos de barro hasta las orejas.
Lavando a la antigua |
Nos cambiamos de ropa junto al coche, con la prisa que nos meten los truenos y las nubes negras que nos acechan y ponemos rumbo al pueblo de Alp, donde nos acercamos a comer al restaurante Urvati Sidrería, en el aeródromo de la Cerdanya.
El gran diluvio esperó a que acabáramos de comer.
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