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Barrancos en la Sierra de Guara (V): Mascún


No recuerdo la hora a la que sonó el despertador, debían ser las 7 de la mañana más o menos y, como siempre, Rober fue el primero en levantarse. A mi me cuesta la vida pero creo que Cris y Sira se llevan la palma. A quien no le falta cuerda es a Álex...creo que saltó de la cama hablando ya por los codos. Me parece que de pequeño empezó tarde y ahora pretende recuperar el tiempo perdido!
Durante la noche había estado lloviendo pero ahora parecía que volvía a salir el sol con fuerza. Ayer teníamos miedo de no poder hacer el barranco porque hubo un momento en el que llovía con muchas ganas y no tenía pinta de querer parar. La verdad es que hubiese sido una buena faena porque hoy era nuestro último día en Guara y queríamos acabar llevando a Cris y Sira (que aún no habían hecho barrancos estos días) al Mascún sabiendo, sin ningún tipo de duda, que les iba a encantar.
Además Rober, Álex, Ignasi y yo queríamos terminar cerrando esta salida con una guinda a los barrancos que en estos dos días habíamos hecho: Formiga, Fornocal, Sarratanas y Palomeras del Fornocal.
Pensando únicamente en hacer el barranco y no en  en las condiciones en las que nos lo podríamos encontrar, recogimos todas nuestras cosas del albergue en el que estabamos, uno que pertenece al Camping Alquezar, porque ya no volveríamos. Después de barranquear marcharíamos directos hacia casa.  
Nos repartimos las mochilas y los petates entre los dos coches: lo mojado en el de Álex (que ya hacía un tufo bueno a neopreno) y lo seco en el de Sira (que seguía oliendo a florecillas) y así hicimos camino hasta Rodellar, punto en el que dejamos los coches y da comienzo la aproximación a pie.
Como Sira necesitaba alquilar el material (era su primer día como barranquera) pasamos por el Apartahotel del Valle de Rodellar donde ayer ella y Cris vieron que se podía conseguir lo necesario a un precio bastante razonable y además se podía tomar uno tranquilamente un café con leche.

FICHA DEL BARRANCO

Longiud: 1700 m.
Desnivel: 140 m.
Altitud de cabecera: 980 msnm.
Aproximación: 2 horas 30 minutos
Descenso: 2 horas 45 minutod
Retorno: 1 hora 45 minutos
Rapel más largo: 20 m.

APROXIMACIÓN

Nuestro punto de partida, como estos dos últimos días, fue Alquezar. Desde allí tomamos la A-1233 dirección Adahuesca para una vez allí cambiar a la A-1230 que no dejaremos hasta llegar a Bierge donde volveremos a cambiar de vía para tomar, esta vez, la HU-341 que ya no dejaremos hasta que lleguemos a Rodellar. A la entrada del pueblo estacionaremos el vehículo pues es aquí donde empieza la ruta a pie, debiendo adentrarnos en el pueblo caminando, dejando atrás el restaurante Florentino y siguiendo hasta que localizar a nuestra derecha unas escaleras de piedra con los carteles del Parque Natural de la Sierra de Guara (Barranco de Otín) a un lado y al otro el del Refugio Kalandraka.
Bajamos la escaleras y seguimos el camino para acceder a unas casas algo más apartadas del núcleo del pueblo. Sobre el barranco encontraremos un poste de madera con un cartel verde que indica con una flecha el recorrido del sendero S3, hacia la Losa Mora y Otín. Aquí tenemos dos opciones: Seguir las indicaciones del sendero y hacer un descenso hasta el rio Mascún (unos cuantos metros más abajo de donde nos encontramos) de forma más suave y menos accidentada o bien tomar una senda (por detrás del poste) que desciende bruscamente hacia el lecho. Sea como sea al final tendremos que remontar el cauce igualmente.
Una vez abajo, junto al agua, seguimos a contracorriente, cruzando en determinados puntos y catando la frialdad de la misma. Desde un principio pudimos comprobar que el río llevaba más agua de la que nos tiene acostumbrados ya que, zonas en las que el lecho rocoso normalmente es visible y se encuentra seco, en esta ocasión el nivel se encontraba en la marca máxima alcanzada.
En vez de desistir continuamos subiendo y dejamos atrás las surgéncias que manan de la cueva, el delfín, la ferrata del espolón de la Virgen y un primer camino que sale a nuestra derecha y que marca el comienzo de la subida hasta la Losa Mora, Nasarre y el barranco de las Gorgas Negras. Ojo no confundirse con este camino, nuestro desvío se encuentra mucho más adelante.
Después de cruzar en numerosas ocasiones la corriente del río (con mucha agua en este caso) y una vez que tengamos a la vista la Cuca Bellostas (un visible y característico monolito de roca), mucho antes de llegar a su vertical, un camino surge de la izquierda, muy visible, que nos arrastra a una fuerte subida  (Costera de Otín), nos eleva sobre el Mascún y nos situa sobre la Cuca Bellostas y la Ciudadela. La subida es constante, sin apenas descanso y cargados con las cuerdas y neoprenos mojados nos hace sudar lo nuestro aunque las vistas de las que nos hace disfrutar nos aportan el aliento necesario para continuar a buen ritmo.
Una vez arriba el camino se suaviza y nos lleva plácidamente hasta el pueblo deshabitado de Otín. Lo bordeamos por la pista de la derecha, dejando al pueblo sobre la loma, para alcanzar más tarde las últimas casas y conectar con una pista que seguimos, dejando atrás una fuente y más tarde el indicador del barranco Raisen.
Nuevos indicadores facilitan la tarea y ahora es muy complicado perdernos pues en la bifurcación del camino que seguíamos hasta el momento han colocado un cartel indicando el que nos lleva hasta la cabecera del barranco Mascún. A partir de aquí la senda está poco marcada y deberemos ir siguiendo las fitas de piedras que nos llevan directos hasta el cauce del río. Ahora solo hay que seguirlo hasta que lleguemos al principio del mismo. No tiene perdida pues el agua se precipita en una cascada.

Aquí os dejamos el track de la aproximación al Mascún superior

DESCENSO

Yeah! Menudo cañazo de agua que cae!!! Vimos que iba a estar complicado alcanzar la reunión que había en la primera de las pozas para hacer rápel desde allí. Bajaba tanta agua que si no llegábamos a cogernos el la cuerda fija que hay puesta nos iríamos cascada abajo.
Se nos pasó por un momento la idea de intentarlo pero llevábamos a una principiante en el grupo y no era cuestión de arriesgarnos en algo como esto cuando existían más posibilidades. De hecho lo más fácil en este caso era realizar un rápel desde la misma cabecera, unos 30 metros más o menos hasta la plataforma rocosa del fondo, o bien descender hasta la segunda de las badinas para luego rapelar por la zona seca hasta un pequeño balcón que nos permitiría saltar posteriormente.
Nos pusimos los neoprenos a toda prisa, montamos las cuerdas y me tocó descender el primero. Cuando estaba llegando a la badina en cuestión vi que la cuerda, debido a la fuerza del agua que caía por la cascada,  se había enrollado en una roca que había más abajo, donde el agua se estrellaba contra el suelo. Viendo que no iba a ser posible recuperar la cuerda desde la instalación que teníamos pensada montar no quedó más remedio que seguir descendiendo para desengancharla. Finalizada la operación y pasando por detrás de la cascada se conseguía llegar igualmente al pequeño saliente desde el que saltariamos.
Uno por uno todos fueron descendiendo hasta mi posición. Cris quiso probar la fuerza con la que caía el agua y acabó sentada en las piedras, sometida bajo la presión de miles de litros que se precipitaban sobre su cuerpo. Menuda risa verla intentando avanzar.
Y de un salto llegamos a la plataforma rocosa del fondo (hay que flexionar un poco porque se toca) y a la amplitud del circo que se abre ante nosotros.
A nuestra derecha, en la base del Saltadero as Lañas, se puede tomar un escape que nos lleva por las cornisas que desembocan en el Raisen. Lo tuvimos en cuenta a la hora de meternos en el barranco, por las condiciones en las que nos encontramos la entrada en él. En caso de a ver visto que continuaba complicado hubiésemos salido por aquí.
Pero como no fue el caso continuamos por dos destrepes que pueden saltarse sin problema para llegar al estrecho de las marmitas. La primera de ellas, equipada para hacer un rápel, es perfectamente saltable teniendo cuidado de no resbalar. Aquí instalamos para Cris y Sira y el resto bajamos a lo jabalí, de golpe! La siguiente marmita también es saltable y a su izquierda es donde encontramos la instalación para el rápel de 12 que nos deja en la plataforma en la que se encuentra un pequeño estanque azul turquesa. Espectaculares las vistas desde arriba!
Seguimos andando y progresando por el barranco, primero por un pequeño cañón (por llamarlo de alguna manera) subexcabado, luego dejamos el Raisén a nuestra derecha y algún destrepe o salto antes de llegar a la zona de estrechos que desembocan en los oscuros.
Aquí la roca se va cerrando sobre nosotros, haciendo que la luz juegue con los colores del agua, hasta que poco a poco la bóveda rocosa nos encierra bajo su oscuro manto. Aunque llevábamos frontales en los botes estancos no fue necesario utilizarlos pues la poca luz que se filtraba de la salida nos impregnaba las retinas lo suficiente como para distinguir alguna que otra sombra donde colocar los pies.
Salimos de la sala oscura y caminamos por el desfiladero, dejando a nuestra izquierda el barranco de Os Cochás y adentrándonos en la galería abovedada que da acceso al sector de rápeles.
Álex instaló el primero de ellos mientras el resto íbamos bajando. Aquí el excedente de agua se notaba pues se encajonaba y las cascadas llevaban una fuerza que hacían imposible luchar contra ellas.
El pozo negro estaba impresionante. El agua chocaba contra el saliente rocoso y cambiaba de dirección bruscamente, arremetiendo contra el siguiente escalón con toda su furia. Lo mejor era asegurar desde la propia badina tal y como hizo Ignasi, aunque descendiendo por la parte seca no había ningún problema.
En unas cuantas brazadas llegamos al siguiente de los rápeles donde Rober se había adelantado para ir montando. Cuando llegamos todos allí seguía colgao como un "fuet" después de montar un pasamanos hasta la reunión. Y allí estuvimos todos durante un rato porque aunque sólo había montado una cuerda parecía que había puesto 500!! Al final, después de recuperar unos cuantos bucles bajamos todos y arriba se quedó el pobre Ignasi intentando desmontar la maraña que se había formado!! Menudo regalo! jajaja
Después de un último rápel y de unos destrepes, mientras caminábamos por los estrechos, Álex metió el pie en una roca y se torció el tobillo. Su cara era un poema y nos hizo temer algo peor. Por suerte no tuvimos que lamentar una fractura, aunque le dolía mucho y avanzaba a trompicones. Le liberamos de la mochila para que se moviese con más libertad y el tio, de lo único que se lamentaba era de no poder trepar aquí o allá para saltar!! Típico de él!
Pasamos por los bloques donde volvimos a saltar nuevamente y luego descendimos por la playa de piedras que desemboca en el estrecho del beso. Si hubiese estado Jordi les habría pedido a las niñas el peaje acostumbrado!
A partir de aquí Álex y Ignasi se descolgaron de nosotros pues Álex no quería parar por el tema del pie y Ignasi le acompañaba por si las moscas. El resto nos entretuvimos en la zona del gran caos ya que no quisimos hacer instalación de cuerda en los rápeles de la izquierda y nos fuimos por la derecha, buscando un destrepe entre dos grandes bloques de piedra cuyo inicio lo marca un trozo de cuerda que nos hace descender al hueco que se abre entre ambas.
El hueco que se ha generado entre los dos riscos es prácticamente vertical y lo suficientemente estrecho como para realizar oposición sin ningún tipo de problemas. Además la roca es muy adherente y apenas resbala. Este tramo es muy recomendable!! Sira y Cris se lo curraron mucho, más teniendo en cuenta que este era el primer barranco de Sira!
Ya poco nos quedaba, tan sólo andar en busca de una buena zona en la que deshacernos de los neoprenos y guardarlo todo en la mochila para hacer tranquilamente el retorno hasta Rodellar.

El track del descenso es este.

RETORNO

Una vez despojados de todo el material toca descender siguiendo las ahora pausadas aguas del Mascún. El camino es más que evidente no hay otro sitio por el que ir.
Poco a poco iremos reconociendo formas que vimos en la aproximación: La Cuca Bellostas y la Ciudadela, la subida hasta Otín, la ferrata, el delfín, ...
A estas horas de la tarde las paredes están a rebosar de escaladores que se afanan en subir desafiando a la ley de la gravedad.
Por nuestra parte nos sentimos satisfechos por haber logrado los objetivos con los que vinimos a Guara lamentando, únicamente, el esguince de tobillo de Álex que más tarde confirmaríamos que era de grado III. Aun estando lesionado el tío se las ha apañado para ir delante del grupo y sólo lo alcanzaremos cuando llegue la subida a Rodellar. Como ya sabíamos: tiene pilas para rato. Lo difícil para él ahora va a ser intentar estarse quieto.

Aunque no tiene perdida (porque hay que descender el rio y parte del camino coincide con la aproximación) o facilitamos el track por si os sirve de ayuda.

3 comentarios:

Padawan dijo...

He tardado un poco pero ya está listo. Es que durante la semana de noches no me ha dado tiempo de ná!!

Jorge dijo...

La próxima os pillo por allí a ver si realmente hacemos un Nuria como el último, saludos, y felicidades por el blog... soy Jorge (JKR)

Padawan dijo...

Joker! A ver si es verdad que nos vemos pronto, ok? Para cuando tienes vacaciones? A ver si nos podemos cuadrar y hacer algo. Tengo mil cosas que me rondan la cabeza. jejeje
Gracias máquina, a ver si poco a poco vamos llenando el blog, tenemos faena acumulada!
Un abrazo.