Barrancos en la Sierra de Guara (II): Fornocal

Trepando aún más alto

Ayer llegamos a Alquezar con la intención de pasar por aquí varios días aprovechando que las últimas semanas había estado lloviendo y que ahora el tiempo nos ofrecía una tregua. De hecho, nada más llegar, nos fuimos directos a bajar el Formiga y el Gorgonchón, aunque en esta ocasión este último se nos resistió Ya estábamos instalados en el Albergue del Camping Alquezar y a Rober, Álex, Ignasi y a mi se nos habían unido Cris y Sira. Como ellas tenían en mente hacer alguna ferrata y aprovechar para andar por la sierra se ofrecieron por si era necesario hacer combinación de coches. La idea nos vino perfecta ya teníamos varias ideas en mente para hoy: Oscuros de Balcez-Fondo-Cueva Cabrito o Fornocal-Sarratanas-Palomeras de Fornocal.  Como la predicción meteorológica anunciaba lluvia y el cielo realmente amenazaba nos quedamos con la segunda de las opciones, principalmente por las horas que necesitaríamos para terminarlos. En si la idea era la de descender primero el cauce del Fornocal hasta el retorno, remontar hasta la carretera, hacer el Sarratanas para volver a subir de nuevo y descender el Palomeras de Fornocal. Los tres comparten el mismo retorno.

FICHA DEL BARRANCO

Longiud: 3200 m.
Desnivel: 195 m.
Altitud de cabecera: 770 msnm.
Aproximación: 30 minutos
Descenso: 2 horas
Retorno: 10 minutos
Rapel más largo: 12 m.

APROXIMACIÓN

Desayunamos algo en el albergue, nos miramos una vez más las reseñás y nos preparamos para salir. Fuera está chispeando y el cielo está muy cubierto de nubes. Por el momento son cuatro gotas así que continuamos con los planes establecidos. Cris y Sira no nos van a acompañar hoy en los barrancos pero nos harán la combinación de coches que necesitamos para poder hacer el Fornocal. Con los dos coches salimos de Alquezar por la A-1233 y nos desviaremos en breve por la A-2205 dirección Colungo. Allí nos paramos en el Mesón de Colungo, lo suficiente como para tomar un café con leche, para seguir después hasta el gran puente por el que la carretera cruza "El barranco de las Gargantas", contiguo al km. 26. Aquí es donde deberemos dejar el primero de los vehiculos.
Nos cambiamos con la ropa que utilizaremos en la aproximación y que llevaremos durante el descenso (bañador, camiseta de neopreno, escarpines y botas) y dejamos la de recambio en el coche que se queda en el puente. Subimos todos los petates en el Focus y nos encaminamos por la misma carretera hacia la población de Lecina. Antes de llegar al km. 19, casi de forma contigua, una pista sale a nuestra derecha en una curva. Aquí es donde nos despedimos y empezamos la aproximación a pie hasta el cauce del río. El camino no presenta mayor dificultad, es muy evidente y no tiene pérdida. En los cruces que nos vamos encontrando siempre deberemos ir por nuestra izquierda. Poco después empezamos a bajar hacia el barranco y entramos en un pinar que cruza un pequeño torrente en el que veremos unas fitas a la derecha. Es por aquí por donde accederemos al barranco.

Si estás interesado este es el track de la aproximación

DESCENSO

Primer rápel

Esto se estrecha por momentos

Sigue chispeando mientras el sol se esfuerza por hacerse un hueco entre las nubes. Los juegos de luces y sombras dentro de las cavidades escavadas por el agua nos dejan con la boca abierta. Además el nivel del liquido elemento es perfecto, por aquí y por allá se le ve brotar de entre las piedras para unirse rápidamente con el cauce principal.

Los neoprenos ya no son como antes

Hemos encontrado el spa!

Hacemos el primero de los rápeles y pronto queda patente que las pozas están a rebosar. Las ganas nos pueden y seguimos avanzando a grandes zancadas mientras la vista se nos pierde ante la asombrosa simbiosis entre la roca y la vegetación. Nos sentimos parte del barranco, nos fundimos con su pétrea forma, tanto que nos olvidamos de los artificios del uso de la cuerda y descendemos por todas la oquedades a base de oposición.

Será salto?

Brota agua de todas partes

Álex avanza como siempre en busca del siguiente salto, si puede ser siempre algo más alto. De vez en cuando se adelanta al resto y sin embargo lo seguimos escuchando mientras habla...a saber con quien. Rober y yo nos miramos cada vez que saltamos o destrepamos...no  recordábamos haber hecho oposición allí y mucho menos aquel salto allá.

Pues parece que si lo era

Álex, Rober y Ignasi

La zona de pasillos con marmitas, el túnel de toba y sus surgencias, la bóveda...nunca las habíamos visto en todo se esplendor. Allí abajo el ritmo de la vida se rige por los ciclos del agua y ahora todo bulle de actividad. Poco a poco los rayos del sol vencen la espesura de las nubes como si la naturaleza quisiera agasajarnos con un último regalo. Ahora, animados por el calor que se cuela hasta nuestros huesos, nos sentimos aún más activos.

Esto lo pasamos con oposición nen!

Caprichos del agua entre la roca.

En uno de los saltos la mochila de Rober no hace el ruido al que nos tiene acostumbrados. Cuando sale del agua comprueba que una de las asas se le ha arrancado por la costura y el petate ahora tiene un buen agujero. Ignasi le hace un nudo en el asa mientras pasamos un mosquetón entre los agujeros de desagüe para que podamos sujetar el nudo y 'remendemos', burdamente, su ya maltrecha Artiach. Por suerte Álex tiene en el coche una mochila de recambio.

En busca del salto imposible

Salta membriiilloooo!

Los saltos se suceden sin cesar hasta que el cauce se abre y divisamos, allí, en la altura, el puente que cruza la gran brecha que el río ha escavado durante eones. Ahora sólo nos falta subir de nuevo para dirigirnos a nuestro próximo destino.





En caso de que quieras ver el track del descenso haz clic aquí.

RETORNO

Poco hay que comentar en este caso sobre el retorno. Si hemos hecho bien las cosas habremos dejado el coche junto al puente que ahora mismo tenemos sobre nuestras cabezas. Hay que estar atentos pues a nuestra derecha veremos unas fitas que ascienden por una pendiente muy inclinada de roca. Sólo tenemos que seguir la senda marcada de forma evidente después del paso de miles de barranqueros que nos llevará directamente hasta la carretera y el puente.

MISCELÁNEA

Pero para nosotros la jornada aún no estaba terminada, esto solo acababa de empezar. Rápidamente nos dirigimos de nuevo hacia el puente para tomar el camino de acceso al barranco Sarratanas, descenderlo para volver a subir y hacer el Palomeras del Fornocal. Aún nos quedaban un par de subidas desde el fondo del barranco hasta el margen de la carretera. Pero ya se conoce el dicho: sarna con gusto, no pica. Apuntar también que el apaño hecho en la mochila ha aguantado a la perfección!!